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lunes, 18 de febrero de 2008

No le pidas peras al Buxus (versión remixada)

El calor hace eso. Da fiaca. Y a veces aparece el embole. Y como todos sabemos un bonsaísta aburrido es capaz de comer una docena de facturas solo, y si empezamos con facturas, seguimos con una picada, acompañada por un ferné o unas cervezas, que terminan en el clásico asadito. Y si hay asadito, hay helado.
Podríamos decir que el calor da fiaca, embola y engorda.

Debe de haber sido por eso que a medida que nos cocinábamos a fuego lento mientras le sacábamos los yuyos a los bonsái del vivero de Marita, Diego me dijo, -Che, hay que inventar algo con el tema de los buxus, están re largos. Encima la madera es dura como para doblarla, más que nada la madera vieja.
-¿Y si los defoliamos?, le dije mientras me despegaba la remera del cuerpo.
-Estás loco!, ¿cómo vas a defoliar un buxus...? si hay veces que los cortás de más y esas ramas terminan secándose.
-Vamos a probar, defoliamos uno de los chiquitos y vemos, hagamos lo mismo que cuando defoliamos los olivos. Si funciona el grosso soy yo, si se muere fuiste vos.
Me pareció que con una mueca me dijo que si.

Primer paso, buscar a la víctima.
Normalmente el Buxus sempervirens es uno de los conocidos yamadoris urbanos. Mucha gente los planta en veredas y cercos y 20 o 30 años después los sacan y los tiran. Y ahí estamos nosotros, recuperando. Estos ejemplares, estudio mediante, terminan siendo cortados bruscamente para poder utilizar las bases que, casi siempre, tienen esos detalles que sólo dan los años. Textura de la corteza, color, tamaño de hojas. Sin dudas es una planta que siempre nos ayuda a encontrar buenos resultados.
En este caso elegimos una planta jóven, de vivero, en buen estado de salud, y con muchas hojas. Ramas estiradas y entrenudos cortos y largos. Pobre planta, fue el primer pensamiento que se me cruzó.


Segundo paso, la técnica.
La idea era aplicar la misma forma de defoliar que aplicamos a los olivos, es decir, cortar las hojas por los pecíolos dejando las dos que están más a la punta de cada rama. Es importante en el caso de ser una planta ya diseñada, sacar un poco de ramas para dejar entrar el sol y favorecer el desarrollo de las yemas axiales, además de tener que defoliar menos...
La planta defoliada quedó semindesnuda. En realidad lo que le hicimos fue una defoliación parcial en todas las ramas, sin preocuparnos por aprovechar el desarrollo específico de alguna zona en particular. Era una prueba.


Un detalle de una rama antes de ser defoliada.


La misma rama con el defoliado parcial.


Tercer paso, la paciencia de la araña.
La planta volvió al lugar que estaba antes de ser defoliada, protegida del sol directo, pero bien aireada. Sólo nos quedaba esperar.
Y eso hicimos.

(Un mes después)

Cuarto paso, el tiempo es veloz. David Lebón.
Funcionó. Si bien no brotó específicamente por todas las yemas axiales que le habíamos dejado, broto bien. Con hojas más chicas que las que tenía. Brotes que generaron ramitas con entrenudos mucho más cortos.



Ahora vamos a esperar un poco más de tiempo, vamos a poner la planta al sol para ver que es lo que hace y dentro de un mes, le sacamos otra foto.



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