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martes, 5 de julio de 2011

Aprendiendo a volar

La última página con un chiste de la revista del avión que me trajo de nuevo a Buenos Aires desde México terminó siendo el disparador. Página 144, un ratón en el centro de una supertrampera -como para osos-, un gato semiescondido relamiéndose y un perro cómplice, atento a los movimientos del ratón y dispuesto a tirar de una soga para accionar el mecanismo fatal. Tal vez por el narcótico efecto de la comida de abordo fue que me dejé llevar por el dibujo -y por los ronquidos de la señora que tengo al lado, asiento 29b- y pude imaginar a cada uno de los personajes: el ratón, el gato y el perro, y estas putas turbulencias que espero, alguna vez, aprender a soportar.

El ratón
Durante el último tiempo he recibido algunas quejas que iban en el mismo sentido -¿cuándo volvés a escribir en el blog? La verdad es que me faltan dosis de ganas extras, y las migas de “querer” se las terminó comiendo algún adictivo juego de feisbuk, para mejor -de los lectores- se encuentran muchas cosas en el face, que se yo... Otra turbulencia. ¿Alguien habrá pensado cuánto poner de cerveza en el vaso para que no se vuelque cuando se mueve el avión? Nueve horas y media hasta el queso que tanta falta me hace: Clau, Marti y Sofi. La señora del asiento de al lado se queja al respirar, quejas. Extraña forma que tienen algunos temas -y personas- de pedir pista, y mucho más extraña mi manera de reflexionar... me estoy poniendo viejo. Me traen más café, bien. Sin guerras, con igualdad, hermanados. Las palabras del mexica “Gorila”, chamán con más de 450 años de tradición familiar en México, me hace pensar si Sting habrá fruncido el ceño como yo al eschucar las misma palabras. ¿Se habrá metido también en el temascal?

El gato
Amarillo, como dije antes, relamiéndose. Dos rayitas hacen las veces de bigotes. Espera. ¿Cuánto es mucho al momento de esperar? No soy bueno para esta respuesta, sin dudas esperar es lo que mejor me sale. Fue cuando decidí no “esperar a que alguien tirara de la soga para accionar” que descubrí el placer de la seguridad. Pero también su costo. Imágenes de lugares vacíos, de mirar desde abajo, de seguir un sueño. El apoyo familiar, los amigos. El vacío en el estómago ante lo inminente del salto. Que bueno es saber que te esperan.

El perro
Naranja, una mezcla de chihuahua cabezón y bracitos de Mono Burgos. Atento al ratón (que a la vez carpetea al perro de reojo), el perro es el genera la tensión: la del ratón que espera por el movimiento del perro, la del gato -socio del perro- atento a la trampa. La confianza de uno, la atención del otro. Me preguntaron en un reportaje durante el encuentro por qué hacía bonsái, qué sentía. Respondí con la paz del abuelo que cuenta una historia a sus nietos, les dije que el bonsái me había enseñado a disfrutar de los detalles, los que dejamos pasar por esta vida de carrera, de emocionarme al ver crecer a mis hijas, el placer de compartir todo esto con Clau. De los amigos y su comentario repetido: -Miralo a este... ¡dando vueltas por el mundo con estos arbolitos! De la satisfacción al ver el brillo en los ojos de los que se atrevieron a acomodarse otra vez como alumnos, y asi poder llegar al momento de ver que son capaces de hacer un mejor bonsái, uno comprometido. Del que sólo se puede empezar desde una autocrítica.
Es algo como esto de la página 144, estimular al gato para que, atento, sepa ver una oportunidad que busca al punto de relamerse; de mantener alerta al ratón para no caer en la trampa y extremar su técnica para lograr su objetivo. Es como el perro, que aún siguiendo una utopía, mantiene sus ganas y sueña.

Entre cachuchas y sangritas
¿Quién se anima a traducirlo al argentino?
La experiencia mexicana ha sido impecable. Desde perder la conexión al llegar al DF, sumado al “problemita” de las valijas que llegaron unas cuantas horas después, pero que me permitieron encontrarme con mi hermano Zezao en el aeropuerto. Grande Zé. Fue entonces cuando llegamos a Córdoba -México- gracias a Eleazar, que hizo de traductor/ayuda en el aeropuerto, chofer VIP y que nos presentó a su familia unos días después. Esperaban Don Miguel Ros y Pedro Morales. Fue un almuerzo, un tequila doble, una sangrita y la noticia de que el domingo compartiría escenrio con Salvatore Liporace, Pedro Morales e Yrene Vázquez. “Cuando pase el temblor”, Soda Stereo. Apareció el postre, dulce de cachucha (hermano cercano del dulce de leche).
Visitar el museo, conocer a Zomy y a Paty (muchas gracias a las dos, muchas de muy muchas), a la familia de Don Miguel, a los nuevos amigos mexicanos, José, Omar. La gente del hotel.
La tradición argenta de presentarles una cumbia, un poco de Néstor en bloque.
Talleres el jueves, demos el viernes y sábado. Volver a trabajar con Nacho, con Zezao, con Erik.
El cumpleaños de Juanjo, negro -----> esta demo fue para vos.
Dicen que viajando se fortalece el corazón.
Fue el sábado que decidí cambiar mi super junípero por una ligustrina, un Diego como lo llaman por allá. Y con una clase de diseño, fisiología y proceso creativo sentirme cerca del lugar de donde vengo. Las cabezas asintiendo como público de hip hop, el brillo en los ojos otra vez, el copiar lo que leían en el pizarrón. Lignina y celusa. Ósmosis y ritmo visual. Bonsái argento puro.

Después vino el bonsái callejero.
Después las pirámides.

Argentino, a todos les gusta cosechar, son pocos los que se animan a sembrar”, me dijo el “Gorila”.

Este viaje me tatuó en el cerebro esa reflexión. Tal vez sea el momento de aprender a disfrutar el ver como otros cosechan lo que estamos sembrando.


Llegando a Veracruz. El Jet set es asi, exclusivo.

¡Nos agarran trabajando!

Luigi Maggioni “cheka” uno de los ejemplares a disposición de los demostradores. El material estuvo muy bien, con algunos años de preparación -se notaba-. Muy bueno.


Un desayuno particular. Los tacos de Doña Güicha. Todo, todo pica.

Material utilizado para los talleres. Sin palabras.


Un honor. Ahora entiendo a Víctor Sueiro.

Como alguien dijo por ahí: -parte- de la New Power Generation.

Dentro de las actividades estaba un espectáculo en un teatro. Infaltables los Mariachis.


El Maestro trabajando en su primera demo, y la sorpresa de la gente ante las nuevas proporciones que utilizamos en la Escuela Europea.

Grande José. Empezamos con la reparación del olvido.

Las coplas veracruceñas (como payadores de acá), y de repente fui el “greñudo de las pampas”.


Paty y Zomayra. Un gracias grande a la distancia.

Sandra, de alguna manera nos conectamos, incondicional te siento. Tranquila, todo pasa.

Trabajando en los talleres, con Nacho, con Zé. ¡Que bueno es hacer bonsái!


Zezao y Don Miguel.


Buen laburo amigo.

(Shhh... un día te cuento lo que me decían del bonsái brasilero)

El vicio de las fotos.

Amanecer del domingo, unas horas antes de la demo.

De Pedro para acá: Pedro Morales -Puerto Rico-, Nacho Marín -Venezuela-, Karim Alfaro -Venezuela-, Robert Kempinski -EEUU-, Don Miguel Ros -México-, Erik Wigert -EEUU-, Salvatore Liporace -Italia-, Zezao -Brasil- y yo, Sergio Luciani -Argentina-.

La sala vacía, esperando la demo del domingo.

Yrene -al otro lado- trabajó un bosque de Buxus, Pedro -junto con Nacho-, un Mangle; Salvatore -con Luigi- un junípero grande y la ligustrina multitronco se aguantó el proceso de transformación argenta.


¡Luciendo un modelito único!

Amigo, me gustó poder estar cuando fue necesario. Tranquilo mastermix, todo pasa (II).

Con la fortinera en lo más alto. Todo es bonsái, la familia, los amigos, el skype...


Bonsái callejero primer acto. México.


Al pie de la pirámide del Sol, Salvatore y parte del staff de la Escuela Europea.


A minutos de volverme, en el estacionamiento del aeropuerto de la ciudad de México, con Zé y Oscar.


Seguiremos tratando de sembrar, de la mejor manera posible. Sin egoísmo, disfrutando del esperar hasta que alguien coseche. Hace tiempo venimos peleando por un salto de calidad, las condiciones son casi óptimas. Depende de nuestra autocrítica y del compromiso.

9 comentarios:

Zezao dijo...

Que raro todo esto Pibe,
Muy muy bien, y no nos olvidemos de las margaritas!!!
Abrazon Hermano!!
Arriba arriba arriba!!

Z

Anónimo dijo...

Grande Maestro!!!! por fin un argentino de nivel mundial!!!
Prometo estar en primera fila el día que hagas una demo en nuestro país!!!!
Un abrazo grande, tan grande como vos!!!

Beto

Anónimo dijo...

Hola Hola muy buenas fotos pero los tacos de Doña Guicha no todos pican no inventes jejejeje saludines

MIMOZO dijo...

ES MUY LOCO TODO ESTO, Y CON EL DEBIDO RESPETO HACIA QUIEN ES MI IDOLO Y EL DE MUCHA GENTE, ME ATREVERIA A HACER UN PARALELISMO ENTRE TU VIDA Y LA DE DIOS ARMANDO MARADONA. LOS DOS SE CRIARON HUMILDES, ENCONTRARON UNA VOCACION QUE LES GUSTA MUCHO, SE CASARON CON UNA CHICA DE VALENTIN ALSINA, CON LA QUE TUVIERON DOS HIJAS. PRIMERO TRIUNFARON EN ARGENTINA, SE FUERON A ITALIA A PERFECCIONAR SU LABOR, PARA CONQUISTAR MEXICO, EN LA MISMA FECHA (PARA EL CUMPLEAÑOS DE JUANJO), UNO EN 1986 OTRO 25 AÑITOS DESPUES.
SERGIO ESTAS EN CONDICIONES DE RECIBIR EL PREMIO "MARADONA DEL BONSAI".

Tersio dijo...

Jamas crei poder vivir que un argentino de mi capital, de mi provincia casi, de mi barrio este codo a codo casi con la elit del bonsai contemporaneo mundial, me pone muy contento y siento satisfaccion de tus logros, que facil parece y pensar que solo es trabajo, dedicacion, estudio y una buena familia y cortadito con fernet.

Anónimo dijo...

yo lo conozcoooooo y no me canso de sentir orgullo por el sr sergio dedos superverdes luciani!!!

Anónimo dijo...

De algo serviron las quejas - incluso mías. Me dí cuenta que si me gusta leer lo que escribes, mucho más me gusta el espiritu que transmites. Felicitaciones. Abrazo.
Tiaraju

Anónimo dijo...

Sergio sos algo único en el bonsai argentino, te mereces todo lo que te esta ocurriendo, sin dudas te estas convirtiendo en el gran maestro que necesitamos. Es como decis, se te nota que vivis bonsai y por las noticias que se de tu andar y de todas las cosas que haces para aportar al bonsai de argentina, quiero darte las gracias en nombre de la gente de las provincias, ojala alguna vez te tengamos en Santa Rosa, La Pampa.

Jose Hankein

Anónimo dijo...

Sergio estoy muy contento de ser tu alumno.No solo de bonsai se aprende con voz.