Entiendo que puede ser un poco exagerado, pero encontrar un pedazo de madera seca o de raíz que sirva para un tanuki se puede contar de esa forma. Muchas veces los restos de podas guardados sirven, tratamiento mediante, para armar un diseño interesante.
Primero lo primero, en este segundo acto trabajaremos solamente la madera.
Parece importante presentado asi: una sobra de poda en donde vamos a tratar de encontrar algo de fuerza que acompañe a la planta que le vamos a agregar.
Todavía no existe esa planta, espero que la vieja raíz me diga que tipo de acompañante le gustaría. Siempre es bueno ser coherente al elegir la forma de combinar madera y árbol, buscando similitud entre especies, formas, texturas, colores. Contrastar, integrar, cambiar ritmos, armonizar, se puede todo, elijamos lo que conforme una buena unidad.
Primer paso. La limpieza.


(si ya quedó limpio, avance dos casilleros)
Segundo paso. La Gran Nerón.


Pásele la mano (a la madera...), trate de sentir los detalles con los dedos, la textura también se siente con los ojos, hay que completar la idea que se tiene en el imaginario acerca de esa textura que ve.
Una de las formas más fáciles de resaltar detalles es a través del contraste. Pruebe con una mano acercándola a la luz, vea como aparecen o desaparecen pliegues, arrugas. Los tonos claros, los intermedios, las sombras refuerzan las propiedades de la textura. En este caso, vamos a utilizar fuego (con un soplete de los que se usan en gastronomía) para hacer la famosa "Gran Nerón".
Con pasadas suaves hay que tratar de quemar (quemar es que se ponga oscuro, no carbón que sobró del asado del mediodía) primero las rebabas que quedaron de la limpieza y después tratar de hacer resaltar líneas para que marquen ritmos visuales, líneas q direccionen la mirada.

Una vez quemado, se puede cepillar los lugares que se quedaron muy oscuros y si le quedó masomenos como pensaba, pasamos al paso 3.
Tercer paso. Pintor que pintó la luna.

–Naaaa, dejate de joder, otra vez con eso no! –Es un toque, dale, después lavo los platos.
El polisulfuro es un viaje de ida.
Volvemos al departamento. Convencidos los habitantes de que en 3 minutos se va el olor, le damos una buena pintada, evitando que queden lagunitas. Esto desinfecta la madera, la endurece y al ponerla al sol, le dá un color blanco mate parecido al de los jins y sharis de los árboles en la naturaleza (como los de las montañas).

Terminado de pintar, hay que poner la madera en un lugar ventilado y que le dé el sol para que termine el proceso de blanqueado.
Queda mirar la madera, buscarle el mejor ángulo, y salir a elegir una planta. Eso para la próxima.
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