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lunes, 20 de abril de 2009

El hobbie de ser artista

Artista, suena raro.
Si le preguntáramos a las personas que hacen bonsái a nuestro alrededor si se consideran artistas, muchos (por no decir todos) dirían que no, que para eso falta, que sólo es un hobbie, que artistas son otros. Entonces aparece la pregunta, ¿cuándo se traspasa el límite entre hobbie y arte?, ¿acaso al hacer bonsái y estar constantemente combinando elementos de diseño elegidos según capacidades sensorialmente en forma creativa, no es hacer arte?
-Si, puede ser, pero artista suena raro.
Trasmitir ideas, generar sensaciones, hacer legible un mensaje. Comunicar.
La manipulación de significados y significantes hace que todo sea más fácil, la aridez, la lucha por la supervivencia, la soledad, el vacío, todos sustantivos de posible representación en un bonsái, todos vehículos de mensajes artísticos. Llamalo mostrar el carácter de la planta si te gusta. Yo lo llamo armonía de los elementos, artista y bonsái.

Hacerse cargo, no hay otra.
¡Warning! El arte no es morirte de frío

Cuando tanto interés se empieza a entremezclar con lo cotidiano y aparece como alternativa de bienestar, ese hobbie ya pasó de bando. Y ahí nace el arte, y con él... el que lo realiza (decilo nene, decilo).
Un artista se somete a un constante desafío entre conocimientos y experiencias, y el producto de esa movida intelectual se refleja en la obra, viva en nuestro caso. Y con la obra y el artista aparece la comparación, las malditas “reglas” para medir el talento, y la tan mentada permeabilidad a las críticas. Sólo el dinero diluye todo, transformando al artista en un profesional, eso calma.

Cuando iniciamos los talleres de diseño siempre trabajamos sobre el desarrollo artístico intelectual. Reglas, técnicas, tierra en las uñas, rafia mojada. Al modo de la Bauhaus cada uno se hace amigo de lo difícil para liberar su estilo, su mejor forma de trabajar. Su creatividad. Buscar hacer un trabajo tan personal que el mensaje que en él se lea cautive al observador, haciéndolo parte del bonsái.

Un poco de amor francés
-Dedicado a los que pasaron por el taller-

Personalmente, no puedo vivir sin mi arte.
Pero jamás he puesto ese arte por encima de toda otra cosa. Por el contrario, si él me es necesario, es porque no me separa de nadie y que me permite vivir, tal como soy, al nivel de todos. A mi ver, el arte no es una diversión solitaria. Es un medio de emocionar al mayor número de hombres ofreciéndoles una imagen privilegiada de dolores y alegrías comunes. Obliga, pues al artista a no aislarse; muchas veces he elegido su destino más universal. Y aquellos que muchas veces han elegido su destino de artistas porque se sentían distintos, aprenden pronto que no podrán nutrir su arte ni su diferencia sino confesando su semejanza con todos.
El artista se forja en ese perpetuo ir y venir de sí mismo a los demás; equidistantes entre la belleza, sin la cual no puede vivir, y la comunidad, de la cual no puede desprenderse. Por eso los verdaderos artistas no desdeñan nada; se obligan a comprender en vez de juzgar, y si han de tomar un partido en este mundo, este sólo puede ser el de una sociedad en la que según la gran frase de Nietzsche, no ha de reinar el juez sino el creador, sea trabajador o intelectual.

Albert Camus
La misión del escritor (fragmento)

Cautivar al observador, que mejor premio que ese.

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viernes, 10 de abril de 2009

Sintético repaso -a este ritmo me hago viejo antes que mis árboles-

A veces me pasa, a veces tengo mil millón cosas en la cabeza que me hacen retrasar en muchas otras, y si bien este post tratará de ser un repaso general sobre las proporciones, me ha llevado más tiempo que si lo hacía desde semilla. Y hoy, luego de tratar de encontrarle la vuelta a un junípero con un presunto ataque de Phitospora, me puse a terminarlo.

Todos para uno, ¿uno para todos?
Al momento de buscar con qué tipo de planta poner en praćtica todo lo anterior (línea, punto focal, proporciones y silencios) se me ocurrió que una forma de hacerlo más evidente era utilizando pequeñas plantas, en donde las medidas son más difíciles de calcular a ojo, donde todo parece más apretado y con muchas posibilidades de parecer que nada se respeta.
Tres olivos que vinieron como souvenir de alguna recolección de otro olivo mucho más grande.

Los tres a la final
Desparejos, con “puntos focales” bien distintos, estos tres olivos ya tiene un año y medio haciéndome compañía en el estudio; aprovecharon la libertad de crecimiento y se estiraron lo más posible. Hasta ahora.

Los tres olivos. Tres características diferentes de línea de tronco. Mismo patrón de crecimiento.

Olivo N˚ 1 -Análisis visual-
Dueño de un tronco largo, suavemente ondulado y con muy pocas marcas transformables en punto focal, esta planta presentaba una división de ramas muy alta en relación al ancho del tronco, sin nacimientos en las posiciones ideales según los tercios. En estos casos, en los que las ramas no nacen de los lugares ideales, se trata de poner el “verde” en el lugar que corresponde, bajando las ramas.

El tronco largo y las ramas que nacen todas muy juntas y altas.

Un alambrado del tronco permite darle algo de movilidad como patrón a repetir ante la necesidad de bajar ramas, se busca en todo momento encontrar un módulo de posible repetición (esta vez ante la necesidad de doblar hacia abajo ramas altas se trata de repetir ese doblez también en el tronco).

La línea del tronco se continúa en las ramas.

Las ramas bajan hasta posicionarse en las zonas que corresponden según la separación del total del alto en tercios.

Las posiciones indicadas por el número áureo, aún en una planta de 8 centímetros de alto. Se puede ver como la primera rama, que nace mucho más arriba, pasa a ocupar con su masa de verde el lugar que corresponde a una primera rama, al final del primer tercio.


Olivo N˚2 -Análisis visual-
Este otro ejemplar, si tiene un punto focal bien marcado, las características del tronco, corto y con madera muerta, obligan a un diseño que realce esta zona.

Detalle del tronco con la madera muerta.

Una semicascada formal (con corona) podía funcionar.

Cuando las plantas son jóvenes se puede utilizar una rama larga para dibujar el recorrido de la línea del futuro tronco, lo único es recordar que diseños basados en una sola rama debe ser muy cuidados a la hora de modelarlos. Si se muere esa rama, se cae el diseño.

Los tercios y las ramas invadiendo algunos sectores que no le corresponden. En estos casos (los tres) las plantas fueron diseñadas sabiendo que las posibilidades eran escasas. Eso lo hacía más interesante.

Seis centímetros en semicascada.


Olivo N˚3 - Análisis visual-
Con una línea de tronco interesante más un shari natural, esta planta de 9 centímetros de alto fue la que más me atrajo, y si bien también las ramas era altas, la sensación de armonía parecía estar más fácil de descubrir.

Detalle del shari natural.

Si bien me daban muchas ganas de hacer un mini azotado, me decidí por un moyogi resaltando las curvas.

El ángulo de plantado modificaba la altura de las masas verdes, estéticamente mejoraría inclinando el plantado hacia la derecha, pero perdería el espacio negativo que se forma y que justifica la aparición de la primera rama larga hacia la izquierda.

La relación ramas-tercios. El largo extra de la primera rama trata de balancear los pesos visuales a ambos lados del tronco.

Nueve centímetros y la división armónica de ramas.

Palabras finales
He tratado de compartir en forma sintética una parte del método de diseño que utilizo cuando proyecto diseños en las plantas. Debo reconocer que no siempre mido o calculo la posición de cada rama, son los ojos los que me avisan que algo anda mal, muy, muy raramente agarro una regla y me fijo por cuánto equivoqué las medidas. Y muchas veces dejo las cosas “fuera de medida”. Imagino la cara que estas poniendo ahora, diciendo:“-este enfermo se la pasa explicando cómo calcular y ahora me dice que no calcule”. Esa es la idea, tener bien incorporados los principios y los elementos para que a la hora de trabajar no sean un limitador de creatividad sino un soporte de armonía constante.
Un antes y un después de tres palitos que no superaban los 14 centímetros.

Antes

Después

Lazlo Moholi-Nagy, aquel fotógrafo de la Bauhaus, pregonaba que era necesario ser íntegro a la hora de diseñar, saber de todo, de lo más posible y especializarse en algo. Saber de todo no para hacer de todo, sino para entender que aún en el desarrollo de la tarea específica interactúan muchos otros elementos que no se pueden desconocer.

PD: por ser plantas pequeñas y por la época del año, no pude utilizar las macetas con la profundidad correspondiente según el ancho del tronco.